“Soy Caraqueña, es donde más tiempo he vivido. Aunque pasé los últimos años en Margarita, antes de venir a vivir en Tenerife. Creo que los años que pasé en esa isla a la orilla del mar, me sensibilizaron mucho con esa frontera acuática que nos separa y nos une al mismo tiempo.
Desde hace tiempo trabajo con arte y ciencia y especialmente con genética. Nuestra evolución no se detiene y me preocupa la forma en que la especie humana no sólo está destruyendo el planeta, sino alterando con su incesante producción todo lo viviente. Movida por esa inquietud estoy trabajando en un proyecto en Gran Canaria, bajo el título Mar de Fondo, que involucra la contaminación de los mares y la transformación de sus habitantes, hasta niveles moleculares.
No hay fronteras en el agua y aunque los mares tengan distintos nombres, todos están comunicados. Lo que depositamos en un continente viaja y se amalgama en el agua transformándolo en su totalidad.
Creo que este proyecto es mi manera de proteger, desde esta isla, la playa de aquella otra isla que amo y que dejé hace mas de un año”.