«Llegué a Madrid por amor. Amor a la vida, a la pareja que tenía y amor al trabajo.
En el camino me dí cuenta, que estaba buscando una mejor versión de mi mismo y quería re-aprender a vivir.
Me gradué de la facultad de Derecho en la Universidad de Carabobo. Antes de venirme, trabajaba como abogado, en mi propia oficina que yo mismo fundé. Al llegar para acá, hice un Máster de Derecho Internacional, aunque estaba claro que no quería dedicarme a ser abogado en España.
Hoy trabajo en un restaurante cuyos socios, algunos, también son venezolanos. Es un proyecto que nació hace dos años, de gente emprendedora y buena vibra. Mis primeros meses fueron bien complicados. Me quité 12 kilos de puro estrés. Me metí en unos negocios que terminaron mal, no me adaptaba al Máster, y decidí dejarlo con mi novia.
Con el tiempo me he dado cuenta de que todo esto fue positivo, porque fue la manera en que conocí gente nueva. Actualmente, comparto piso con 4 españoles. Mi familia sigue en Caracas, estoy contento porque este año mi mamá vendrá a visitarme”.