Cuando emigras hay dos cosas con las que llegas: incertidumbre y bagaje. No arrancas de cero, todo lo vivido sirve.
¿Cuál es el bagaje en común de unas hermanas? Memorias de la infancia, de celebraciones, de fines de semana en familia, de viajes. Y en todos esos momentos compartidos hay cocina, comida, recetas, sobremesas.
Ana María, Beatriz Eugenia e Isolda Elena, hijas de Isolda y Rafucho, nos encontramos con la realidad de que no bastaba la experiencia laboral y el recorrido académico para ser productivas en nuestra nueva vida.
El emprendimiento gastronómico era un sueño que nos rondaba desde siempre en la familia. Y las comidas familiares nos seguían uniendo. Todo empezó a final del 2015 para mantener nuestra tradición de hacer hallacas. Amigos y familiares estaban deleitados con nuestras hallacas y el pan de jamón de Ana. Un sobrino político pidió que le vendiéramos y eso nos impulsó a preparar hallacas y pan de jamón para la venta en diciembre de 2016.
Después vino el diseño de la arepada y la petición de tía Lily de preparar las recetas familiares que disfrutábamos en la mesa Salvatierra Heredia.
Ha sido un camino sinuoso, con subidas, bajadas y vistas maravillosas, como la carretera que nos llevaba al colegio en Caracas. En noviembre de 2020, en tiempos de pandemia, estrenamos nuestro obrador y tienda de comida para llevar en el barrio madrileño de Guindalera.
Ha sido más que una reinvención, un ejercicio espiritual y un acto de amor propio. Le hemos puesto el alma con humildad y voluntad. Cada día retamos nuestros miedos, valoramos nuestro poder creativo y aprendemos.
Nuestras recetas vienen de casa y de familia y también de las casas de nuestras parejas y de nuestros amigos.
Nuestros platos tienen la sonrisa de nuestra Tata Flor, el fuego de Mati, el arrojo de nuestra madre, la picardía de nuestro padre, el ángel de nuestras abuelas y la magia de creer en nosotras mismas.
Hay mucho que agradecer a la administradora, a la diseñadora y a la publicista que nos trajeron a Madrid para ser las Hermanas Budare.
Y también a nuestros clientes que nos llevan a sus mesas para ser parte de sus momentos felices».