Si estás leyendo estas líneas, seguramente formas parte de la diáspora venezolana. Bienvenido a nuestro blog. Bienvenido a esta página web que esperamos sea de gran utilidad.
Muchos venezolanos ni siquiera conocíamos el significado de la palabra diáspora hasta hace muy poco. Y eso que, recibimos en nuestro país, a un flujo importante de migrantes hace ya unos cuantos años. No los llamábamos diáspora. No los calificábamos de ninguna manera. Se hicieron parte de nuestras vidas. Nos enriquecieron. Nos embellecieron. Llenaron nuestras ciudades del olor del pan recién horneado. Nos hicieron multi-culturales, abiertos. Nos hicieron mejores.
La palabra diáspora viene del griego y significa diseminación de semillas: dia -a través de- y spora -semilla-. Más bello imposible. Y es que, en los últimos años, la cantidad de semillas venezolanas diseminadas por el mundo ha crecido de manera significativa. Según el último informe de la OEA, hay al menos 4 millones de venezolanos fuera del país. El mismo informe proyecta que, de no ocurrir algún cambio, el número superará los 5 millones para el cierre de 2019 y puede llegar a más de 8 millones para el cierre de 2020.
Estos números y su proyección de crecimiento son impactantes. No tienen precedente histórico. Los venezolanos nos hemos convertido en una importante comunidad de inmigrantes a nivel mundial. Venezuela ya no limita por el norte con el mar Caribe y por el sur con Brasil. Venezuela está en todas partes. Llenamos el planeta de areperas y de arpas y de nuestra gente bella.
El éxodo de los países debe mirarse como una oportunidad. La historia ha demostrado que los países que reciben, asimilan y se entremezclan con los migrantes, se benefician en términos de crecimiento económico y enriquecimiento cultural. Además, en el caso venezolano, la población que emigra es mayoritariamente joven, con estudios universitarios o de técnico superior. Esto nos convierte en una comunidad única y en un bono demográfico para los países que nos reciben.
Cada migrante pasa por un proceso interno de adaptación a una nueva forma de vida, nueva cultura, tradiciones, incluso en ocasiones, nuevo idioma. Es un gran reto. Es por eso que, es imprescindible, como han hecho las grandes diásporas de la historia, organizarnos y unirnos, exaltando así el sentimiento de comunidad donde se promueva el apoyo, la cooperación y la solidaridad.
Somos una diáspora joven. No tenemos la experiencia de otras diásporas. Estamos aprendiendo.
En la Fundación Código Venezuela, queremos ser el motor para el desarrollo de nuestra diáspora. Estamos unidos en la causa de poner en valor el talento venezolano. Sabemos que hay una oportunidad para cada venezolano y la buscamos.