¿Cómo afrontar el choque cultural y la añoranza?

May 23, 2025

Migrar es un acto de valentía: implica dejar atrás lo conocido, enfrentar lo nuevo y construir una vida diferente a la que teníamos. En este camino, el choque cultural y la nostalgia por nuestro país son emociones que casi todas las personas migrantes enfrentamos, y en algunos casos pueden volverse muy intensas, afectando nuestro bienestar emocional.

¿Cómo se sobrevive al desarraigo emocional? ¿Qué se puede hacer para adaptarse sin perder las raíces? Aquí compartimos herramientas, consejos útiles y estrategias que pueden acompañarnos en este proceso y hacerlo más llevadero.

 

Comprender el choque cultural y el duelo migratorio

choque cultural y duelo migratorio

El choque cultural es esa sensación de desorientación que sentimos al enfrentarnos a costumbres, valores o formas de vida distintas a las nuestras. 

Puede aparecer en los primeros días o semanas, o instalarse con fuerza después de varios meses. A veces se manifiesta como una incomodidad leve, y otras, como una barrera difícil de cruzar.

Pero el choque cultural no llega solo. Muchas veces se acompaña de un duelo silencioso por todo lo que dejamos atrás: nuestra gente, nuestras costumbres, los sabores, los sonidos en la calle. Este duelo migratorio no siempre se nombra, pero pesa. No es una pérdida definitiva, como la muerte, pero sí una despedida constante de lo que formaba parte de nuestra vida cotidiana.

Comprender que estas emociones son normales, válidas y compartidas es el primer paso para poder procesarlas con más amabilidad. 

Para apoyarte con este proceso, hemos puesto a tu disposición audios y videos de psicología en nuestra app, Venezuela Virtual, a los que puedes acceder en la sección de bienestar.

 

Validar la nostalgia: extrañar lo nuestro también es parte del proceso

Nostalgia Venezuela

Extrañar no es retroceder. Sentir tristeza al recordar a la familia, las calles, los sabores o las tradiciones de nuestro país es una señal de conexión con nuestras raíces. No hay que ocultarlo ni avergonzarse.

Permitirse llorar o sentir melancolía es importante, porque reprimir esas emociones puede generar ansiedad y dificultar la conexión con lo que ahora tenemos. Reconocer lo que se echa de menos nos permite también valorar lo que estamos construyendo.

La culpa por adaptarse, por disfrutar cosas nuevas o por sentirnos en casa en otro lugar, también es real. Pero no tenemos que elegir entre una cosa y otra: podemos seguir honrando lo que fuimos mientras abrazamos lo que estamos viviendo hoy.

 

El impacto emocional en niños, niñas y adolescentes

Impacto emocional en niños

Para las personas adultas, migrar ya es un desafío emocional profundo. Para niños, niñas y adolescentes, el cambio también puede ser desconcertante, aunque a veces no lo digan con palabras. 

Lo expresan de otras formas: más llanto o silencio, alteraciones en el sueño, dificultad para concentrarse, miedo a separarse de sus figuras de cuidado o incluso regresiones (como volver a mojar la cama o pedir que los acompañen al dormir).

Validar lo que sienten, aunque no lo comprendamos del todo, es fundamental. A veces solo necesitan saber que está bien sentirse confundidos, tristes o enojados. Podemos ayudarlos a traducir lo que viven: explicarles con palabras sencillas por qué ahora todo es distinto, sin negar lo que dejaron atrás.

El juego, los cuentos y los dibujos también son herramientas poderosas para afrontar el choque cultural. A través de ellos pueden representar lo que no logran decir. Escuchar sus historias, ver sus dibujos, prestar atención a sus preguntas y responder con paciencia es una forma de acompañarlos emocionalmente mientras se adaptan.

 

El rol de la familia y el acompañamiento mutuo

La importancia de la fanilia para el choque cultural

La familia, sea del tamaño y forma que sea, puede convertirse en nuestro refugio emocional más fuerte durante la migración. No siempre tenemos todas las respuestas, pero sí podemos estar disponibles para acompañarnos mutuamente, con presencia, escucha y comprensión.

Escucharnos sin juicio es un primer paso. A veces lo único que necesitamos es poder contar cómo nos sentimos sin que nos corrijan ni minimicen lo que vivimos. 

Otras veces, lo que más ayuda es crear rituales cotidianos que integren lo nuevo y lo propio: cocinar juntos una receta de nuestro país, ver una película local y luego conversar sobre las diferencias, celebrar una fecha importante, aunque estemos lejos.

Repetir frases como Aquí nos cuidamos juntos” o “Aunque estemos lejos, seguimos siendo familia” puede fortalecer los vínculos, especialmente en los momentos de incertidumbre. No se trata de tenerlo todo resuelto, sino de sentirnos acompañados.

 

Herramientas para una adaptación más tranquila

Apoyo para afrontar el duelo migratorio

La migración genera sentimientos que surgen en común a quienes dan ese paso tan valiente. 

Es muy importante entender que no estamos solos en este proceso y que hay técnicas, tips, y herramientas para afrontar el choque cultural de la manera más llevadera posible.

 

Crea una rutina que te sostenga

La rutina puede convertirse en una red de seguridad. Establecer horarios para comer, estudiar, trabajar o hacer ejercicio ayuda a dar estructura y sentido al día. No borra el duelo ni la nostalgia, pero puede aliviarlos.

Incluir actividades placenteras también es clave: una caminata al sol, una taza de café en una plaza, una videollamada con alguien querido, una serie que te saque una sonrisa.

Tener objetivos pequeños, como aprender una receta local o visitar un nuevo lugar, nos motiva y nos conecta con lo positivo del entorno.

 

Conéctate con otras personas migrantes y con quienes ahora forman parte de tu entorno

Hablar con otras personas que han vivido el mismo proceso puede ser profundamente sanador. 

Buscar redes de apoyo, tanto presenciales como digitales, puede marcar una gran diferencia. Compartir experiencias, pedir ayuda o simplemente escuchar que otros también están pasando por lo mismo ayuda a entender que no estamos solos y fortalece nuestra resiliencia.

También es importante abrirnos al entorno que nos acoge. Hacer amistades con personas españolas, aprender de sus costumbres y construir lazos desde el respeto mutuo nos ayuda a integrar lo nuevo sin tener que renunciar a lo nuestro.

Para esto, te invitamos a sumarte a las comunidades en Venezuela Virtual, donde podrás compartir con gente como tú y encontrar diferentes tipos de apoyo en la ciudad en la que estés, incluso hacer nuevas amistades en España.

 

Conserva tus tradiciones

Adaptarse no implica olvidar de dónde venimos. Al contrario, mantener vivas nuestras costumbres nos ancla emocionalmente.

Cocinar platos típicos, escuchar música de nuestra tierra, celebrar fechas importantes o hablar con nuestro acento son actos de conexión personal y cultural.

Algunas familias crean “rincones emocionales” en casa, con objetos que les recuerdan su lugar de origen. Otras enseñan bailes o preparan recetas tradicionales para compartir con nuevas amistades.

La clave está en convertir lo nostálgico en algo activo, que aporte alegría.

 

Aprende el contexto cultural español

Muchas incomodidades provienen del desconocimiento. Un gesto, una palabra o una costumbre pueden parecer extraños o incluso ofensivos si no entendemos su contexto. Informarnos, observar con curiosidad y preguntar sin miedo puede abrir muchas puertas.

Leer sobre la historia y costumbres del lugar, y preguntar con humildad cuando algo no se entiende, son herramientas que reducen malentendidos y mejoran la convivencia.

También es útil aprender frases locales, modismos o gestos típicos. Este esfuerzo suele ser bien recibido y favorece la integración.

 

Busca ayuda profesional si la necesitas

La adaptación migratoria puede generar síntomas de ansiedad, tristeza o agotamiento emocional. Si sientes que todo te sobrepasa, hablar con un profesional puede marcar una gran diferencia.

En España existen redes de apoyo emocional, psicólogos especializados en procesos migratorios y espacios comunitarios gratuitos. Puedes acudir al ayuntamiento donde vives y consultar por los recursos disponibles para personas migrantes.

Reconocer que no podemos con todo no es rendirse, es elegir cuidarnos. Como primer paso, te invitamos a escuchar los audios de psicoterapia en nuestra sección de Bienestar, dentro de la app Venezuela Virtual, disponible en App Store y Play Store.

 

Ser puente entre dos mundos

Adaptarse no significa romper con el pasado, sino construir puentes entre lo que fuimos y lo que podemos llegar a ser. 

Como personas migrantes, podemos ser embajadoras y embajadores de nuestra cultura, compartir lo mejor de lo nuestro con quienes nos rodean y, al mismo tiempo, aprender de todo lo que España tiene para ofrecernos.

Con el tiempo, el choque cultural se convierte en aprendizaje, y la añoranza en una memoria afectiva que nos acompaña, nos forma y nos fortalece.

Cada paso que damos fuera de nuestra zona de confort es una victoria. No estamos solos. Somos millones construyendo, desde distintos lugares, una vida distinta, pero nuestra.

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