La música, para mí, es una forma de vida, es el oficio que me ha permitido levantarme y seguir adelante, es lo que me ha ayudado a sobrevivir en un mundo nuevo y desconocido hasta hace poco. Es la música, en si misma, la que me ha cobijado para poder soportar las inclemencias del clima al ejecutarla en las calles de Madrid.
Marta es músico, pero es también una madre forzada a emigrar, que creció y vivió toda su vida en la isla de Margarita, dónde no existía universidad ni conservatorio, dónde pudo cursas estudios superiores de música, por la pasión que demostraron unos margariteños que montaron el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles en el cual se formó, ejecutó su instrumento e impartió sus conocimientos a nuevas generaciones de músicos durante 20 años felices.
Considera que le permitirá utilizar la música como el agente transformador de su vida y de la vida de las personas a las que puede llegar con su enseñanza.
Marta tiene un grado profesional de violín y viola, fue principal de la fila de violas y después profesora de cátedra en la Orquesta Sinfónica del Estado Nueva Esparta, fue violinista en el cuarteto Marassai y en Arpeguikmusic en Venezuela. Vive en Madrid desde hace más de un año. Formó parte de la Orquesta Sinfónica de la ciudad de Getafe y la Orquesta Filarmónica de la Mancha y hoy forma parte de la Camerata Preciados. Marta es, también, uno de los músicos venezolanos de la Orquesta de la diáspora, que escucharemos debutar en la Plaza Colón, el 20 de Octubre de 2019.