Luis, músico percusionista formado en el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, ha demostrado que la pasión por el arte puede abrir caminos incluso en contextos difíciles. Hoy, como músico venezolano en Madrid, sigue llevando la esencia de la venezolanidad a cada proyecto que emprende.
De Venezuela al mundo: una carrera musical con propósito
«Desde muy temprana edad, la música ha guiado mi vida, formándome tanto personal como profesionalmente», relata Luis. Fue miembro de la Orquesta Sinfónica Teresa Carreño y de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, representando a Venezuela en escenarios internacionales. Durante años, vivió de la música y cumplió su sueño artístico.
Reinventarse en Madrid sin perder la esencia: Luis
En 2015, Luis emigró a España. Desde entonces reside en Madrid, donde tuvo que reinventarse laboralmente para sostener a su familia. Aunque la música sigue siendo su vocación, encontró en la pastelería un nuevo oficio temporal mientras se adaptaba al entorno migratorio.
A pesar de los retos, nunca abandonó su pasión: ha colaborado como músico voluntario en la Fundación Música en Vena y ha participado en proyectos educativos, compartiendo su experiencia con jóvenes estudiantes.
De músico a profesor: Luis da un paso más en su vocación
El año pasado, Luis comenzó a trabajar como profesor de música, un rol que lo motivó a formarse aún más en el ámbito educativo. Este nuevo capítulo le permite unir sus dos vocaciones: la música y la enseñanza, manteniendo viva su identidad cultural.
Comprometido con su raíz: la venezolanidad como bandera
“Voy a seguir aportando lo mejor de nuestra venezolanidad en cualquier parte del mundo”, afirma Luis con orgullo. Su historia es reflejo de cómo el arte, el esfuerzo y la resiliencia pueden convertir la migración en una nueva oportunidad.