Por qué nace Venezuela Virtual: de la experiencia migrante a una comunidad digital

Oct 8, 2025

Por Beatriz Octavio Ariznabarreta, Cofundadora y Gerente General de la Fundación Código Venezuela.

Llegar a España fue un antes y un después en mi vida. Después de muchos años trabajando en grandes corporaciones, me encontré con un país nuevo que me recibía con amabilidad. Sentí gratitud, pero también incertidumbre. Como tantos migrantes, me preguntaba a qué iba a dedicarme, cómo usaría mi experiencia y mis valores en un contexto totalmente distinto.

Nunca se comienza de cero, uno llega con su historia, su formación, sus cicatrices. Lo que cambia es el escenario, el terreno donde toca poner en práctica todo lo que ya somos. Esa fue la primera lección de mi proceso migratorio: entender que había mucho que construir, pero también mucho que ya traía conmigo.

Fue en esos primeros años cuando descubrí algo que me marcó profundamente: cada cierto tiempo venían repartidores a casa, al conversar con ellos, descubrí que casi todos eran venezolanos.

Cada charla se convertía en un espejo. Eran médicos, músicos, abogados, profesores; profesionales con talento, con títulos, con historias sólidas. Pero estaban allí, entregando paquetes, porque no habían encontrado la manera de ejercer en su área.

Esa realidad me golpeó con fuerza. Venezuela no estaba solo en mi recuerdo ni en mis afectos, Venezuela estaba en la puerta de mi casa, en cada conversación breve que dejaba entrever un mar de sueños suspendidos. Fue entonces cuando empecé a preguntarme: ¿cómo podemos multiplicar las oportunidades para los nuestros?

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Taller facilitado a Venezolanos, 2020

De la reflexión al propósito

De esas conversaciones nació un propósito. Si algo me enseñó mi carrera como ingeniero es que los problemas necesitan soluciones estructuradas. Y el problema era evidente: había talento, había formación, había voluntad. Lo que faltaban eran oportunidades visibles, espacios que conectaran ese potencial con la realidad laboral y social de los países de acogida.

Así nació la idea de crear la Fundación Código Venezuela. Una organización capaz de tender puentes, de transformar las charlas informales en proyectos concretos, de acompañar a cada venezolano en el camino de reconstruir su vida profesional y personal.

Pero muy pronto entendí que para tener impacto real no bastaba con ayudar de uno en uno.

La clave estaba en la tecnología, que nos permitiría escalar la ayuda y facilitaría pasar de solo atender casos aislados, a multiplicar la acción. Lo que antes podía significar ayudar a una sola persona, ahora podía convertirse en apoyo para cien, para mil, para miles.

Al principio, todo comenzó como una página web sencilla. Era un espacio donde fuimos incorporando herramientas para facilitar que cada venezolano encontrara su oportunidad. Pero desde el día uno, el sueño fue más ambicioso: construir Venezuela Virtual.

Ese era el nombre que resonaba en mi mente y en mi corazón. Venezuela Virtual sería un espacio global, un lugar donde los venezolanos de la diáspora pudieran encontrarse, apoyarse y seguir creciendo.

El nacimiento de Venezuela Virtual

Venezuela Virtual nació como respuesta a una necesidad urgente: convertir el desarraigo en comunidad, la incertidumbre en acompañamiento, la distancia en conexión.

Más que una plataforma tecnológica, es un puente emocional. Un espacio que refleja lo que somos como venezolanos: resilientes, creativos, solidarios. Allí, cada historia encuentra un eco, cada talento encuentra un lugar, cada búsqueda encuentra compañía.

Lo que empezó como una app ya se convirtió en una comunidad viva. Venezuela Virtual dejó de ser solo un recurso en línea para convertirse en un lugar donde uno puede volver a sentirse parte de algo más grande.

Una de las mayores alegrías de este camino ha sido escuchar a quienes han encontrado en la fundación y en Venezuela Virtual una mano amiga.

Un médico que, después de meses sin lograr revalidar su título, descubrió a través de la plataforma las rutas legales y académicas para ejercer en su nuevo país.

Un músico que, al registrarse, encontró una red de colegas que le permitió dar conciertos en comunidades venezolanas en el exterior.

Una abogada que pudo orientar a otros migrantes en temas legales y conectar fácilmente, gracias a los espacios colaborativos que creamos.

Cada una de estas historias demuestra que no se trata solo de sobrevivir en otro país, sino de seguir desarrollándonos, de seguir aportando, de seguir siendo quienes somos.

El verdadero valor de Venezuela Virtual está en su gente: cada persona que se conecta trae consigo un pedazo de país, una experiencia única y un deseo de seguir adelante.

Lo que más me emociona es ver cómo la diáspora, a través de esta comunidad, transforma la soledad en acompañamiento. Lo que antes era un camino solitario se convierte en una ruta compartida. Lo que antes era miedo y dudas, se transforma en fuerza.

Porque estar lejos duele, pero duele menos cuando sabes que hay alguien al otro lado de la pantalla que entiende lo que vives.

Reunión del primer grupo del Club de Lectura, 2025

El poder de la diáspora organizada

Hoy, la diáspora venezolana es una de las más grandes del mundo. Pero también es una de las más ricas en talento, en creatividad y en capacidad de adaptación.

El reto es organizar esa fuerza. Y Venezuela Virtual es nuestro aporte en esa dirección: transformar la dispersión en red, la distancia en puente, el dolor en acción.

Soñamos con que ningún venezolano tenga que enfrentar solo el reto de reinventarse en el extranjero. Soñamos con que cada profesional, cada estudiante, cada trabajador tenga acceso a las herramientas necesarias para desarrollarse.

Para mí, Venezuela Virtual no es un proyecto más. Es la respuesta íntima a una pregunta que me hice hace años: ¿qué puedo hacer por los míos desde la distancia?

Es también un compromiso con mi propia historia. Porque aunque vivo agradecida con España y su gente, ser venezolano me define. Y ese amor a mi tierra lo traduzco en acción, en comunidad, en oportunidad.

El futuro que soñamos

El futuro de Venezuela Virtual es seguir creciendo. Seguir acompañando a más personas. Seguir ampliando la red de recursos, aliados y oportunidades. Queremos que cada venezolano en el mundo sepa que hay un lugar al que puede acudir. Un lugar donde su experiencia es validada, su talento es reconocido y su esfuerzo es compartido.

El futuro es digital, pero también profundamente humano. Y Venezuela Virtual seguirá siendo ese espacio donde la tecnología se pone al servicio de la solidaridad.

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