Migrar en familia: claves para transformar los vínculos y afrontar el duelo emocional

Jun 23, 2025

La experiencia migratoria no solo transforma el paisaje que vemos desde la ventana: transforma también nuestras rutinas, nuestras emociones y, sobre todo, nuestros vínculos familiares. Migrar en familia implica un reacomodo profundo que afecta desde los roles dentro del hogar hasta la forma en que nos comunicamos, nos apoyamos y nos cuidamos mutuamente.

El duelo migratorio: más allá de la tristeza

Una de las claves para acompañar estos procesos es comprender el duelo migratorio como un fenómeno acumulativo y no lineal. Esto significa que las pérdidas asociadas a la migración no ocurren todas al mismo tiempo ni se elaboran de forma ordenada. Algunas emergen con el paso del tiempo, de manera invisible: perder una costumbre, un ritual familiar, una red de apoyo o incluso la propia forma de ser.

Es importante validar la ambivalencia emocional que experimentan niños y adultos. Sentir tristeza, nostalgia o irritabilidad no es señal de debilidad ni ingratitud, sino parte del proceso de adaptación cuando se migra en familia. Reconocerlo es el primer paso para acompañarlo.

Cambios estructurales en la familia migrante

Migrar en familia conlleva cambios estructurales que impactan directamente en la dinámica cotidiana. A menudo, se produce una redistribución de roles (por ejemplo, cuando uno de los progenitores asume tareas que antes no tenía), la ausencia de redes de apoyo obliga a asumir responsabilidades adicionales y, en algunos casos, se produce una migración parcial en la que uno de los miembros se adelanta al resto del grupo familiar.

Estas situaciones pueden derivar en sobrecarga emocional, tensiones internas o incluso en el fenómeno de parentalización, donde niños o adolescentes asumen roles que no les corresponden.

Familia se abraza en un prado verde con vínculos cercanos

Herramientas para fortalecer los vínculos al migrar en familia

A pesar de estos desafíos, existen herramientas concretas que permiten reconstruir el sentido de pertenencia y fortalecer los vínculos. Algunas de ellas incluyen:

  • Dibujar el sistema familiar antes y después de la migración para visualizar los cambios.
  • Conversar abiertamente sobre lo que se extraña y lo que ha cambiado.
  • Crear un «código emocional» visible que ayude a expresar cómo se sienten los miembros del hogar.
  • Mantener ritos familiares, aunque sea en nuevas formas.
  • Establecer una «caja de recursos familiares» con objetos, recuerdos o actividades que generen sensación de seguridad.

Estas prácticas fomentan la regulación emocional y la comunicación afectiva, claves para avanzar juntos.

Cada familia migra desde un punto de partida distinto y atraviesa momentos diferentes. No es lo mismo quien acaba de llegar, que quien lleva meses o años intentando integrarse. Por eso, acompañar estos procesos exige reconocer en qué etapa estamos y cuáles son nuestras necesidades actuales.

En las primeras fases es fundamental validar el duelo, ofrecer contención emocional y mantener cierta estructura. Más adelante, se vuelve prioritario revisar los roles dentro del hogar, buscar conexiones comunitarias y resignificar la pertenencia desde nuevas referencias.

La mirada sistémica: vernos como parte de un conjunto

Desde la terapia familiar sistémica, se entiende a la familia como un sistema en constante movimiento. Cambia un elemento, y todos los demás deben reacomodarse. Esta perspectiva invita a no buscar culpables ni soluciones individuales, sino a comprender las tensiones como parte de un proceso relacional.

Ver lo que ocurre en el conjunto familiar nos permite intervenir con mayor claridad y respeto. Por ejemplo, revisar los roles de forma consciente, practicar el reconocimiento mutuo y mantener conversaciones abiertas sobre las emociones son pasos fundamentales.

Preguntas que ayudan a abrir camino

En contextos migratorios, no siempre tenemos respuestas claras. Pero sí podemos empezar por hacernos las preguntas adecuadas:

  • ¿Qué ha cambiado en nuestra familia desde que migramos?
  • ¿Qué queremos cuidar más?
  • ¿Cómo queremos sentirnos juntos?

Estas preguntas, aunque sencillas, pueden convertirse en guías para reconstruir el sentido compartido y avanzar con menos culpa y más compasión.

Te invitamos a ver un fragmento del webinar, ofrecido desde nuestra app Venezuela Virtual.

Migrar en familia, transforma

La migración remueve, desafía y revela. Cambiar de país es también cambiar la forma en que nos vinculamos. Comprender el duelo migratorio y acompañar sus efectos con conciencia es fundamental para sostenernos como familia.

La clave está en mirar hacia adentro sin perder de vista que no estamos solos: muchas familias viven este proceso. Compartirlo, hablarlo y trabajarlo puede marcar la diferencia.

 

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